PUBLICADO EN ECOAGRICULTOR EL 21 DE FEBRERO DE 2013
Pese al reconocimiento de la realidad y los problemas que el cambio climático entraña, con la aparición sistemática de diversos informes alertando de la degradación del medioambiente y el aumento de las temperaturas, su traslación a la acción política a través de mecanismos especializados e influyentes, aun no se han conseguido llevar a cabo de la forma esperada.
Pese al reconocimiento de la realidad y los problemas que el cambio climático entraña, con la aparición sistemática de diversos informes alertando de la degradación del medioambiente y el aumento de las temperaturas, su traslación a la acción política a través de mecanismos especializados e influyentes, aun no se han conseguido llevar a cabo de la forma esperada.
Del mismo modo existe un proceso que
desde abajo, desde la acción en la calle y en la vida diaria de los
ciudadanos, ejerce una presión y una influencia que debe hacer
reaccionar y mejorar la legislación y las respuestas desde las
diferentes esferas políticas. Ejemplos como los expuestos en ECO agricultor,
promocionando los huertos urbanos y los grupos de consumo, la
utilización de medios de transporte no contaminantes, las prácticas de
reciclaje o el despegue esperado, algún día, de las energías renovables,
son ejemplos de cómo desde la acción ciudadana se debe demandar una
mayor acción política y compromiso.
De hecho, tanto la ciencia del cambio
climático, como las respuestas ciudadanas, generan una mayor atención y
flujo de noticias e influencia sobre este tema que las respuestas y
soluciones que desde la política se pudieran llevar a cabo. Sin embargo,
para las estructuras políticas a diferentes niveles, la lucha contra el
cambio climático y las políticas de desarrollo sostenible, son por
encima de todo, herramientas para la generación de mensajes buenistas en
su interés final por captar votos.
¿UNA POLITÍCA CLIMÁTICA?
Los titubeos por parte
de políticos, junto con las propias dinámicas sociales y económicas a
las que se enfrenta un país como España en la actualidad, con una crisis
rampante, altas tasas de desempleo y un aumento de las desigualdades
sociales, hace que el impacto y el interés que pueda generar el cambio
climático sobre nuestras vidas se difumine, y quede relegado a unos
ámbitos mas que marginales a la hora de diseñar planes de futuro y
políticas de respuesta a la propia crisis del sistema.
Bajo este escenario, no debe parecer muy
optimista y sensato el proponer respuestas que desde la política
propongan reestructurar, desde la sostenibilidad y la conciencia
climática, la forma en que los organismos administrativos y políticos se
conforman y enfrentan la realidad.
Pero aprovechemos el actual debate que
nos habla de la crisis del sistema heredado de la transición y
propongamos la reforma del mismo desde una perspectiva medioambiental y
climática. Soñar es gratis.
A tales efectos se propone, del mismo
modo que se pueden considerar otros conceptos y enfoques, la integración
de objetivos sectoriales y medioambientales bajo el marco de una
Política Climática. Y que se encuadre esta integración de la Política
Climática como la necesidad de integrar la dimensión del cambio climático en todas las áreas de diseño de políticas.
LA POLÍTICA CLIMÁTICA COMO PRINCIPIO RECTOR
Por tanto, se debería considerar la incorporación
de los objetivos climáticos en todas las etapas de la formulación de
políticas tanto en ámbitos medioambientales como no ambientales, y con
un reconocimiento específico de este objetivo como principio rector para
la planificación y ejecución de las políticas.
Pero la realidad nos dice que los objetivos medioambientales que se incluyen en las estrategias políticas, no llegan en muchos casos a convertirse en decisiones específicas,
y en su lugar son separados y tomados como una parte adjunta en
cuestiones de investigación o desarrollo (el concepto I+D existe en
universos paralelos a la realidad actual de España), esto es, políticas
transversales que complementan pero que no orientan y sirven como hilo
conductor. La acción correcta implicaría que la integración de la
política climática pasara de las estrategias generales a los
instrumentos políticos específicos.
FORMAS DE ACTUACIÓN
La integración de la política climática
no se produce en el vacío, sino dentro del funcionamiento y los sistemas
de políticas a nivel nacional.
Una política climática efectiva requiere
una mayor atención a las políticas públicas y mecanismos de gestión de
lo que se han visto hasta la fecha y que refleje la evolución en la
investigación del cambio climático, que en las dos últimas décadas ha
estado centrada en la ciencia del cambio climático, pero que a partir de ahora requiere la necesidad de poner una mayor atención en la acción política.
Sin embargo, la mayoría de los
enfoques se limitan a sectores individuales, en lugar de considerar los
sistemas de elaboración de políticas climáticas como un conjunto de la
actividad gubernamental. Esta es una barrera importante, no
sólo en la comprensión de las cuestiones de aplicación, sino en los
objetivos de integración de las políticas climáticas en los contextos
nacionales, pero también regionales y locales.
En resumen, la política de integración tiene un rol crucial, pero requiere:
- Que sea eficiente a múltiples niveles.
- Que las oportunidades y las limitaciones de las posibilidades de innovar sean totalmente identificadas y utilizadas.
- Que los conflictos sean llevados a buen puerto y manejados.
- Que suficientes recursos
económicos pero también humanos sean puestos en liza para tener una
mejor aproximación al problema.
- Que la integración sea
reflexiva, y que procesos de monitorización y evaluación sean
considerados dado el proceso de aprendizaje que se requiere.
También es necesario entender que la
puesta en marcha solo puede ser analizada e implementada una vez que un
número suficiente de modelos de los sistemas políticos nacionales e
internacionales hayan sido investigados, debatidos y extrapolados. Hasta
ahora encontramos que la literatura a nivel nacional es limitada en
este ámbito y que no ha habido un debate de suficiente nivel. Sin embargo existen a lo largo de la UE buenos ejemplos de este trabajo de análisis y de implementación.
Para conseguir un mayor reconocimiento
de la necesidad de la integración de la política climática, un paso
primordial debe ser el de definir e insertar en el sistema político lo
que es la política climática y como debe llevarse a cabo su integración.
Es por tanto importante saber cómo se ha desarrollado e implementado
este concepto en la acción contra el cambio climático en la
Administración Española, y estudiar igualmente como ha sido la
integración tanto a nivel vertical como horizontal de la misma. Mucho trabajo queda por hacer.
EPÍLOGO. Choque con la realidad con fecha 20 de febrero.
El actual gobierno del Partido Popular
ha sacado adelante la Ley de Costas en solitario. Esta ley abre el
litoral al negocio privado, salvando por 75 años más 3.000 chiringuitos y
10.000 viviendas de la playa. Recursos de inconstitucionalidad,
acusaciones de que la ley abre la puerta a un urbanismo salvaje del
litoral (¿todavía más?), la ley como una garantía para la instalación de industrias contaminantes en las costas, y como promotora de una amnistía ambiental que abre la veda a la especulación y alienta la degradación de las costas, son algunos de las respuestas que ha generado esta ley.
Y después de este párrafo… ¿Qué hago yo con mi artículo?
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